Capítulo 1958 ¿Quién sino yo?
En cuanto Silvia regresó a su habitación, marcó inmediatamente el número del guardaespaldas, instándoles a que trajeran rápidamente a un médico. Al oír que se trataba de un tiroteo, los guardaespaldas corrieron a su habitación. Resultó que estaba ilesa, pero se había cruzado con un hombre cubierto de sangre.
—Señorita Palomares, no conocemos su identidad. No es seguro que esté en la misma habitación que usted. Déjenos llevárnoslo —dijo el guardaespaldas. No podían correr el riesgo de dejarla sola con un desconocido.
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