Capítulo 214 Ten cuidado, Helen
Por un lado, algunas de las empleadas pensaron: «Qué bello sería acostarse con el presidente Palomares…»; por el otro, ciertos hombres tenían en mente: «¡Qué envidia me da que Elías Palomares puede tener a Anastasia Torres!».
Anastasia estaba sentado en su oficina, con jaqueca, y toda su inspiración se esfuminó para entonces. Además, su mente estaba concentrada en el beso que se dieron en la calle. ¿Elías estaba devolviéndole su amabilidad o de verdad le gustaba?
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