Capítulo 257 Debemos compensar su amabilidad
Anastasia tomó la botella y la abrió para beberla. Justo en ese momento, se escucharon pisadas en el pasillo, y venían de la esquina del ascensor. Anastasia no pudo evitar mirar con curiosidad mientras bebía su agua. Cuando vio quien era, al instante se ahogó con su bebida. Era Elías y Ray, quienes vinieron si ser invitados. Elías caminó con sus fuertes y esbeltas piernas. Al mismo tiempo, emanaba un aura poderosa y forzaba a todos en su camino a mirarlo. «¿Por qué está aquí?».
Cuando Elías miró a Anastasia de pie a lado de Mario y parecía que estaba hablando con él, entrecerró sus ojos de manera peligrosa. No le gustaba el hecho de que otros hombres siempre estuvieran alrededor de Anastasia.
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