Al otro lado, guiadas por Lidia, Ariel y Zoraida llegaron a la entrada de La Sala del Antídoto con bastante rapidez.
Quizá se debiera a los muchos años sin asaltos a la Guarida de la Serpiente, pero las fuerzas de seguridad que custodiaban los edificios eran un tanto débiles. Pero descubrieron que La Sala del Antídoto era una excepción. Sus defensas tenían una fortaleza inusual.
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