Alejandra no tenía ni idea de lo que ocurría a sus espaldas mientras se adentraba sola en el bosque nevado. No había luces en esta parte del coto de caza, y la oscuridad lo envolvía todo a su alrededor. Encendió la linterna y agarró el arma con fuerza, con los sentidos en alerta máxima.
Cualquier otra mujer, por muy intrigada que estuviera por el juego, podría haberse dado la vuelta en ese momento. Después de todo, no todo el mundo estaba dispuesto a arriesgar su vida por una partida de caza, pero a Alejandra le encantaban los retos. Cuanto más difícil era algo, más decidida se mostraba. Tenía la corazonada de que el carnívoro de la noche de 130 libras estaba al acecho en algún lugar de esta zona. ¿Qué tipo de criatura podría ser?
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