—Toma asiento. La Isla Noctámbula no es un lugar por el que se pueda vagar de manera imprudente. Prometí decirte cómo ver a Su Santidad.
Los ojos de Jazmín decían mucho sin pronunciar palabra. Contenían una advertencia que no debía tomarse a la ligera. Emmanuel apretó el puño. Sabía que el heroísmo no era la solución, lo único que hizo fue acercarse de nuevo a Jazmín. Se sentó frente a ella y le preguntó en tono gélido:
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