Elisa se acercó para detenerlo, pero Jonás le rompió el esternón con un solo corte hecho por su mano.
La frágil Elisa roció sangre de manera directa sobre la cara de Jonás, cuya mirada se congeló de manera abrupta de nuevo, y todas las acciones se detuvieron. En ese momento, se puso sobrio. Al fin se daba cuenta del horror del Arte Eclipse del Yin-Yang de la familia Hernández.
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