Su mirada se posó de inmediato en Santino, quien, a su vez, no se atrevió a mirarlo a los ojos tras sentir una oleada de ansiedad. Si este asunto saliera a la luz y se confirmara, sería deshonrado. Incluso, tal vez, podría perder su puesto como vicepresidente.
No podía comprender cómo Santos había logrado obtener el formulario de solicitud de la familia Quillen. Dado que ahora éste estaba en sus manos, él debía estar al tanto de su contenido, ¿verdad?
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