Mirando los ojos agudos y fríos de Macarena, Felicitas tembló cada vez más. No parecía una espía profesional en absoluto. Después de un rato, suspiró y dijo:
—De hecho, eres la hija biológica de Antonio, y en verdad amo a tu padre. Por eso siempre te he tratado como a mi propia hija. Piénsalo, ¿no te he amado siempre más entre las hijas de la Familia Quillen?
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread