Capítulo 1181 Lo que ella come para crecer
Para empeorar las cosas, parecía que su cuerda de seguridad no aguantaría mucho más. Era de día y aún había algo de luz. Emmanuel examinó el entorno y notó una pequeña cueva cercana en donde apenas cabían los dos. Soportando el dolor, él sostuvo a Alejandra con una sola mano, y se arrastró hacia la cueva. Después de escalar un poco, llegaron a salvo. La cuerda de seguridad, desgastada por el exceso de peso y la fricción, ahora era inútil.
Emmanuel colocó a Alejandra en el suelo, se deshizo de inmediato de las cuerdas de su cuerpo y reviso como se encontraba ella. La mujer aún respiraba, parecía que se había desmayado debido al dolor excesivo y a una recurrencia de lesiones internas, pero su vida no estaba en peligro inmediato. Él notó que le salía sangre del pecho y tuvo que desgarrar su uniforme para volver a vendar la herida. Como de costumbre, ella solo llevaba pezoneras y su ropa era atrevida como siempre. Su figura era impresionante, pero no despertaba el interés de Emmanuel.
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