Lara ignoró a Beatriz por completo, tratándola como a una niña ingenua. Al regresar a la oficina, Macarena se sentó en su silla y miró la pantalla de su computadora, con la mente en desorden. Estaba segura de que Emmanuel no la engañaría a sus espaldas, pero si la noticia se había extendido en la empresa a ese punto, pronto se haría popular en Cataratas.
Lara había regresado al país para oponerse a la entrada de Emmanuel en su familia, añadiendo otro formidable oponente. Macarena se sentía agotada, no quería enfrentarse a su familia todos los días por este matrimonio, pero renunciar a Emmanuel era imposible.
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