—¡Señorita Ana, ha malinterpretado! —Emmanuel mantuvo la compostura mejor que Felicitas y miró directamente a Ana—. No le pedí a Macarena que me diera activos por nada. ¡Si mi suegra está dispuesta a transferirlos, usaré mi propio dinero para adquirirlos!
Su declaración dejó a todos atónitos. Macarena lo miró sorprendido.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread