Aunque el chico estaba molestando a Ada, ella seguía sonriendo. Su sonrisa tuvo un gran efecto en Sara, pues sintió como si su corazón fuera el que estuvieran golpeando.
—Mira a esta chica loca. ¡Sigue sonriendo a pesar de que la estoy golpeando! ¡Qué tonta! Ja, ja, ja… —El chico siguió burlándose de Ada mientras la golpeaba.
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