¡Sus palabras y su tono de voz derritieron los corazones de todos los hombres a su alrededor! Los hombres de la mesa intercambiaron miradas entre sí, pero ninguno tuvo el valor de decir nada. En ese momento, un hombre corpulento con tatuajes se levantó de la mesa de al lado. Hacía frío afuera, pero el hombre vestía una chaqueta de cuero sin abrochar que dejaba al descubierto su musculoso pecho.
—¿Por qué no jugamos a algo contigo, preciosa? ¿A qué te gustaría jugar? —El hombre corpulento aprovechó la oportunidad para acercarse a ella con una amplia sonrisa en la cara.
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