Capítulo 320 Arreglada para la fiesta
En la oscuridad, Anastasia podía sentir una presión cada vez más grande en su corazón. Luego, algo cálido se apoderó de sus ojos, en donde las lágrimas comenzaron a brotar de forma incontrolable al siguiente instante. Antes de que pudiera reaccionar, sus lágrimas cayeron sobre sus rodillas de repente. Al ver la marca de agua sobre su pijama gris, se quedó congelada por unos segundos y pensó:
«¿Por qué? Nunca me importó, ¿por qué estoy llorando por este bastardo?»
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