Capítulo 252 Prométeme que buscaras su ayuda
―Franco, escuché que te molestaste tanto que terminaste en el hospital, ¡así que vine a visitarte!―El hombre entro a la sala con una sonrisa falsa en su rostro.
Cuando Franco lo vio, su rostro se puso rojo al instante y gritó:―¡Qué hombre tan despreciable eres, Heriberto Castro! Crees que soy un objetivo fácil, ¿verdad? ¡Vete de aquí ya!
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