Capítulo 240 Dame un beso
Para Elías, la implicación que había detrás de sus palabras, tan detenidamente expresadas y firmemente organizadas, no había pasado desapercibida. Anastasia le estaba pidiendo que desapareciera de su vida por completo. Ella nunca trató de ver las cosas desde su punto de vista; en lugar de eso, trató de construir muro tras muro entre ellos para que de esa manera pudiera ocultar los sentimientos que tenían el uno por el otro.
En ese momento, la cuerda del corazón de Anastasia se tensó, y se sintió como si algo dentro de ella se rompería en cualquier momento. Ella lo vio con atención, su mirada trazando sus atractivos rasgos con la esperanza de encontrar un destello de emoción. Por suerte, el hombre era un campeón cuando se trataba de poner una cara de póquer, por lo que no podría ver ni siquiera un ligero cambio en su expresión.
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