Capítulo 168 Te puedo conceder un deseo
«¿Debería de seguir dejando que este hombre se involucre en nuestras vidas? ¿Qué tal si Alejandro se acostumbra a verlo a diario y se hace dependiente a su compañía cercana? Si de pronto un día desaparece de nuestras vidas, ¿será que Alejandro se sienta decepcionado?», pensó Anastasia después de mirar aquella escena frente a ella y sentir algo inexplicable.
―Mami, vamos al supermercado, ¿sí? Quiero ir al centro comercial.
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