Capítulo 165 Compensar mi esfuerzo
―Ella es tan linda, compartió dichas flores tan costosas con la oficina entera.
A ese punto, Elías se paró en seco y su atractiva cara ensombreció de inmediato, regresó hacia el área de trabajo y al instante, miró que todos y cada uno de los floreros del personal estaban adornados con un tallo de rosa roja. Por lo que pudo observar, eran, de hecho, las rosas importadas que había escogido con mucho cuidado y a mano con el florista antes de la junta de la mañana.
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