Capítulo 2295 El banquete diplomático
Sarahí seguía sintiéndose algo incómoda delante de sus compañeros. Cuando subieron al coche, ya había anochecido. Las luces de neón que parpadeaban en las calles retrataban una atmósfera romántica y exótica. Sarahí se sentó junto a Zacarías, y las luces de colores de fuera de la ventanilla hicieron que ambos parecieran elegantes y encantadores. De repente pensó que, con su atuendo y viajando en el mismo coche que Zacarías, parecía que se dirigían a su boda.
—¿Nerviosa? Zacarías giró la cabeza y se inclinó para preguntar.
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