Capítulo 2228 Una disculpa poco convencional
Debía centrarse en completar sus prácticas para Irma y volver a su vida normal. Al anochecer, el convoy de Zacarías entró en el patio desde el exterior. Alfredo le acompañó a la casa y le dijo con preocupación: —Señor, por favor, tenga cuidado con su herida y procure no lesionársela de nuevo.
—Comprendo —respondió Zacarías. —Por favor, envía los documentos a mi estudio.
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