Miguel se lo pensó un momento y sacudió la cabeza. —Eso es poco probable. Recluté personalmente a los miembros de este equipo y conocía bien sus antecedentes. Nunca colaborarían con contrabandistas de reliquias culturales.
Una pizca de frialdad brilló en los ojos de Obed. Quienquiera que se atreviera a jugar bromas en manos de Silvia se estaba buscando problemas. —No alertes al traidor. Averiguaré quién es. —Su mirada era aguda mientras escrutaba a Miguel.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread