Capítulo 1992 No todo el mundo es tu servidor

Desde que se conocían, ella no era más que una alborotadora para él, que lo causaba más molestias de las necesarias e incluso lo arruinó la misión en una ocasión. No podía evitarse que la odiara. Apoyando la barbilla en la palma de la mano, Silvia suspiró. Para empezar, ya estaba aburridísima, pero ahora lo estaba aún más. Aun así, volvió su atención hacia el hombre, que estaba enseñando un poco el brazo. Mientras tanto, Anita podía ver a Silvia desde donde estaba sentada y, por el rabillo del ojo, observó su expresión contrariada. Una sonrisa burlona tiñó el borde de sus labios antes de encararse con el hombre que trabajaba frente a ella. —¿Quieres beber algo, cariño? —Levantó deliberadamente la voz, y Silvia pudo oírla con claridad en la silenciosa cafetería.