Capítulo 1956 ¿Y si la herimos accidentalmente?
Silvia entró en el salón de baile, pero no con la intención de bailar. Estaba allí simplemente para presenciar la diversión. Su preferencia era encontrar un lugar para observar a la gente y buscar entretenimiento. Sin embargo, lo que ella no sabía era su aura increíblemente cautivadora: misteriosa, noble, como un hada. Incluso con la máscara puesta, sus grandes ojos llorosos y sus hermosos labios rojos y carnosos resultaban tentadores.
En ese momento, Julia vio a su lado dos figuras familiares. Aunque llevaban máscaras, los reconoció enseguida. « ¿No son mis guardaespaldas?»
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