Capítulo 1938 ¿Está herido?
—Por favor, organiza la mano de obra para cavar este agujero. Sólo tiene que ser lo suficientemente ancho para que pase una persona —ordenó Eduardo.
Tras tres horas de esfuerzo, por fin se abrió un agujero lo bastante ancho para que todos pudieran pasar. En la oscuridad, sólo podían ver una cueva sin fondo. Eduardo encabezaba la marcha, con su equipo siguiéndole detrás. En ese momento, la confianza del equipo de rescate se hizo más fuerte. Eduardo era como un lobo alfa, convirtiéndose en la esperanza y la confianza de todos.
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