Capítulo 1845 Un complot
—No tienes que despedirme. Mi amigo me recogerá. Vuelve a dormir. —Julia besó a Eduardo en la mejilla y añadió: —Me pondré en contacto contigo más tarde.
Eduardo miró la hora y se dio cuenta de que Julia se había despertado media hora antes. Tenía intención de despedirla, pero su despertador no había sonado. Al ver que se marchaba, le tendió la mano y la agarró.
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