Capítulo 897 Todo un caballero 

—Si eso le provocó una reacción es porque está bien. —Ángela cubrió su boca cuando soltó una risa disimulada, aunque Rogelio se quedó sin palabras mientras que la veía porque no podía creer la poca vergüenza que ella demostraba—. ¡Usted también debe tener cuidado, capitán Lara! ¡No permita que la belleza lo distraiga! —le advirtió, pero claro, eso no era algo que a él le preocupaba debido a que ninguna mujer había logrado cautivarlo en su vida; ella, por el otro lado, era la única excepción. Ángela estaba a punto de mover su brazo cuando un repentino dolor provino desde su omóplato y la hizo sisear—. ¡Ay! ¡Me duele! —Era el brazo que él se apresuró a sostener con fuerza, pero daba al parecer que la había jalado con demasiada fuerza por accidente debido a su preocupación.  —No te muevas, deja que lo vea. —Se le acercó para sostenerla de la cintura y le masajeó las articulaciones de su hombro con gentileza; no parecía que tuvieran algo de malo, pero lo más seguro era que se había lastimado los tendones—. Estarás bien, después de que descanses por unos cuantos días —le informó Rogelio cuando la soltó del brazo y Ángela asintió mientras que agachaba la cabeza con la mirada perdida; de la nada, la picó con su dedo en la cabeza de repente.