Capítulo 747 No necesitaba de otro sucesor 

Arturo caminó hacia el otro lado del sofá y se sentó a un lado de ella. Su figura alta y fornida acentuó mucho más lo pequeña que era Sofía. A ella le llegó su claro aroma; él solía tener una fragancia fría y elegante a cedro que hacía contraste con lo que acababa de oler, al aroma fresco, pero puro: a jabón para la ducha. Además de eso, la masculinidad que salía de él le parecía atractiva. Sofía trató de tragarse el nudo de saliva que tenía en la garganta en silencio y levantó la cabeza para ver al hombre con cabello oscuro y mojado, el cual goteaba sobre el piso, que estaba en frente de ella en ese preciso momento. Su frente translúcida quedó al descubierto acompañada de sus rasgos faciales esculpidos a la perfección, lo que lo hacía completamente irresistible.  Ella se retorció un poco y se acercó poco a poco hacia él para que así pudiera quedar de manera conveniente entre sus brazos y descansara mientras que veía los programas de televisión. En un instante, Sofía acercó la mitad de su cuerpo entre sus brazos mientras que su corazón brincaba con fuerza dentro de su pecho; escondió su cara en el abrazo de Arturo y se acurrucó junto a él en lo que absorbía lo que sentía su cabeza, la cual estaba recargada sobre su pecho firme. Su comodidad y sentido de seguridad era incalculable en ese momento.