Capítulo 586 Romántico
Ese hombre era suyo. En eso, Elías salió con un ramo de rosas rojas; el hombre vestía con una fina gabardina negra y se dirigió a ella con tal elegancia que parecía el príncipe azul en busca de su Cenicienta. Le entregó el ramo y ella lo tomó, al asomarse un poco pudo darse cuenta de que las empleadas de la floraría los observaban con envidia. Anastasia olió las rosas, el olor era tan seductoramente embriagador que le encantaron.
«Vaya, jamás imagine que sería tan romántico».
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