Capítulo 464 Dulce en extremo
―¡Lo haré por ti, Anastasia! ―exclamó Érica, quien suele llamarla por su nombre completo, ofreciéndole ayuda de repente, pues no se atrevía a faltarle al respeto ahora que Elías estaba presente y quería darle una buena impresión. Después de que Anastasia le diera con obediencia la tetera a Érica, se sentó al lado de él y agarró un puñado de cerezas y se las pasó.
―Toma.
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