Capítulo 145 Sin rumbo
Los hombres que Robin asignara al Santo Vengador terminaron de reparar el timón justo a tiempo antes de la tormenta, para poder cortar las amarras que los unían a la Victory si era preciso y maniobrar sin inconvenientes.
Cuando escampó, Sorensen mandó traer a los prisioneros de la bodega. Algunos habían muerto, pero el inglés obligó a los españoles a cargar con los cadáveres de sus compañeros. Robin ordenó que los bajaran a los botes del Santo Vengador, sin agua ni alimentos, las cadenas fijas a los fondos para que no pudieran intentar liberarse sin hundirse. Hizo amarrar los esquifes uno tras otro, como una ristra de almas en pena arrastradas por la fragata española
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread