Capítulo 34 Al acecho
Marina prohibió que despertaran a De Neill, en caso de que lo precisara fresco y descansado por la mañana. Ella, en tanto, pasó la noche sobre cubierta. Morris se aseguró que los vigías nocturnos estaban bien despiertos y subió al puente. Pero Marina no estaba allí.
—Está en el carajo. Y viste de negro.
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