Capítulo 125 Juegos de piratas
Luego de un desayuno tardío para sus hábitos, Marina subió al puente para comprobar que los jamaiquinos aún dormían a pierna suelta.
—Despiértalos, Jean —le dijo al jefe de artilleros, que se desperezaba cerca del mesana—. Vámonos, Briand. Que nos alcancen.
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