Capítulo 124 Un pasajero distinguido
Por la tarde, un mensajero del gobernador se acercó al Espectro y entregó una nota de Lynch para Marina, que se la mostró a Morris para no reír sola.
Las nubes se abrían en la puesta de sol, y el viento auguraba una mañana despejada al día siguiente. Marina envió a Maxó y De Neill en busca de los corsarios ingleses, para acordar con qué marea zarparían si el clima mejoraba. Esa noche autorizó a toda la tripulación a bajar a tierra, aunque con la advertencia de que deberían estar sobrios y en condiciones de zarpar al mediodía siguiente.
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