Capítulo 113 El largo adiós
Pasado el mediodía, avistaron un mercante que navegaba desde la costa septentrional de Cuba hacia el Yucatán. La propia Marina dio la voz, de regreso en la cofa, en casaca y bermudas como se prometiera en Campeche. Todos los ojos se alzaron hacia ella, y bastó con verla apresurarse jarcia abajo para que se pusieran en movimiento. En el puente con Morris, Dolores frunció el ceño interrogante.
—Vamos a saquearlos —explicó él sonriendo.
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