Capítulo 136 El león y los perros del mar
Alonso estuvo a punto de no llegar vivo a Port-de-Paix. Fue una suerte que Castillano no lo asesinara para acallarlo, porque tan pronto él cerró la boca, Alma continuó con la lista de recomendaciones. Que no se sorprendiera por la cariñosa acogida que recibirían. Que se guardara las malas caras por compartir la mesa con ciertos personajes. Que no se quedara boquiabierto por la riqueza que las Velázquez no se preocupaban por disimular. Que no se molestara por tratar de parecer demasiado amable y educado, porque nadie esperaba un cortesano francés, ni lo hubieran invitado si lo fuera. Pero que no olvidara los buenos modales que correspondían a un ambiente familiar. Que ni siquiera intentara rechazar ninguna clase de atención, obsequio o muestra de afecto. Y que…
—Ya, los dos —la interrumpió Castillano, alzando una mano con una mirada de advertencia.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread