Capítulo 61 Atrapados
La noticia llegó también al calabozo sucio y hediondo en el sótano de la gobernación.
El único alivio a aquel lugar nauseabundo era el tragaluz enrejado que se abría justo por encima de la calle. Apenas los encerraron allí, Marina se dejó caer sentada bajo el ventanuco y descansó contra el costado de Morris, dolorida y cansada. Los piratas se rasgaban las casacas para tratar de curarle los pies cuando el primer paquete envuelto en lienzo cayó desde el tragaluz. Era media hogaza de pan.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread