Capítulo 87 Las monjas de campeche
El bergantín alcanzó el puerto de Campeche a media mañana. Antes de desembarcar con la escolta que debía llevarlo de regreso a su casa y encerrarlo allí bajo llave, Castillano agradeció al capitán por brindarle un viaje tan apacible y seguro. Si no contaban con que habían transportado a uno de los filibusteros más peligrosos del Mar Caribe, claro. Se tragó el comentario y se acercó adonde Segovia y Dolores supervisaban el desembarco del equipaje de las pasajeras, que ya sumaba dos arcones. Marina se había apartado de ellos, sus ojos negros estudiando con mirada crítica las fortificaciones de la ciudad, y no dio señales de escucharlo despedirse.
Él besó la mano de Dolores y estrechó la de Segovia.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread