Capítulo 18 Un plan arriesgado
Al amanecer, el Soberano hendía las aguas frente a Monte Cristi, a poco más de cien kilómetros de Cayona. Marina despertó sobresaltada con el ajetreo de la tripulación. Se sentó en su hamaca frotándose los ojos, sorprendida de haber conciliado un sueño tan profundo como el de los piratas. Conociendo el plan de Wan Claup, vistió pantalones largos, botas y una camisa limpia. En la cocina, Pierre la recibió con una escudilla de té y bizcochos, que ella agradeció con sonrisa soñolienta.
Esa mañana nadie holgazaneaba bajo cubierta. Los artilleros revisaban y aprontaban la munición para la batería de proa, otros acumulaban pólvora, proyectiles y mechas bajo las escotillas, para subirlos sobre cubierta cuando fuera necesario. Más allá, un grupo de piratas armaba cartuchos de pólvora y afilaba sables. Otros disponían mosquetes, arcabuces y pistolas en cestos. De camino a la escotilla de popa, Marina tragó los bizcochos, apuró su té y tomó una cesta llena de pistolas.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread