Capítulo 69 La toma de maracaibo
Una mujer despertó a Morris temprano en la mañana. Las patrullas habían reiniciado la búsqueda, pero se dispersaban hacia el noroeste, de modo que los piratas tenían una oportunidad para reunirse. El joven bajó a la cocina, donde le sirvieron un suculento desayuno. Las mujeres hacían sus quehaceres, llenando la casa con sus voces animadas y sus risas mientras él devoraba todo lo que le ponían delante.
Maxó y De Neill llegaron poco después, todavía tratando de despertarse. A ellos también los habían bañado y vestido, y hasta rasurado, lo cual les daba un aspecto desconocido que hizo reír a Morris. Los dos querían ver a Marina, pero no se los permitió. La muchacha había tenido una mala noche, poblada de pesadillas febriles de las que despertaba gimiendo y llorando, y parecía haber conciliado un sueño más profundo sólo al alba.
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