Capítulo 287 Diciendo tonterías
A las 6:00 pm de esa tarde, Alexánder estacionó su auto afuera de la escuela y acompañó a Elizabeth a su dormitorio. Luego de pasar el fin de semana juntos, ambos se volvieron mucho más íntimos que antes. Durante el camino, caminaron de hombro a hombro y tomados de las manos. Su agarre no era tan fuerte ni tan débil; parecía que no podían soltarse sin importar qué y que podían pasar toda la vida tomando la mano del otro. Alexánder disfrutaba de ese tipo de tranquilidad. Aunque estaba ocupado, la vida de Elizabeth era más como un trompo impredecible; nadie sabía cuándo se iba a detener. Parecía que solo ese fin de semana de ella fue completamente de él y no estaba seguro cuándo tiempo pasaría para que sucediera de nuevo.
Mientras Alexánder seguía en trance, Elizabeth se detuvo de repente y murmuró para sí misma:
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