Capítulo 1018 Duerme con un ojo abierto esta noche
—¿Acaso dije que podías irte? Parece que te equivocas. Tú eres mi sirvienta y solo puedes marcharte cuando yo diga —explicó Vicente mientras cruzaba los brazos.
Irma se detuvo en seco, cerró los ojos y apretó sus puños por cinco segundos antes de respirar profundo en un intento de tranquilizarse.
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