Capítulo 749 Sí, así de generoso soy
—Vine como cliente, señorita Celina. Me parece una terrible idea que quiera echarme. —Mientras Tulio hablaba, comenzó a abrochar los botones de su traje; ni su comportamiento ni su voz dejaban entrever una pizca de angustia.
—¿Crees que me importa? Como la jefa, siempre tengo la última palabra, y exijo que te vayas. Si te rehúsas, tendré que llamar a seguridad. —Al darse cuenta de que Tulio era demasiado terco, Celina se molestó e incluso parecía que podría ser capaz de asesinarlo en ese mismo instante.
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