Capítulo 1090 Está secuestrada aquí
Al mismo tiempo que Jaime hacía berrinche después de que Irma se había ido, el resto de ellos sabían con exactitud a quien se refería cuando decía «dama hermosa»; las manos de Marla quedaron flotando en el aire cuando las retractó con incomodidad.
―Será mejor que lo visite otro día ―declaró y se levantó con la intención de irse; Briseida, por su parte, se levantó y la acompañó a la puerta antes de regresar con Teodoro.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread