Capítulo 442 No puede ser ella

En ese momento, Elizabeth se enfocó a la distancia y vio a una figura familiar entre la multitud que se amontonaba en la entrada del edificio. Era Adilene y estaba usando un chaleco que por lo regular llevaban puesto los testigos. También llevaba consigo una pila de libros en sus brazos y estaba parada de puntitas, intentando ver qué ocurría. Elizabeth frunció cuando notó esto y apretó sus puños. Si la policía veía a Adilene, en definitiva, se la llevarían y, como ella era la responsable del cuaderno de Elizabeth, un interrogatorio simple la pondría en la mira.  Al notar el cambio en el rostro de Elizabeth, Alexander volteó hacia donde ella observaba y de inmediato entendió lo que ocurría. Permaneció tranquilo y pretendió que estaba buscando evidencia para poco a poco escabullirse entre la multitud. No tardó en llegar con Adilene sin que nadie notara su presencia.