Capítulo 386 Se cortó la garganta con un cuchillo
Esa misma tarde, la familia Soto se declaró en bancarrota al finalizar la negociación de la bolsa, mientras que los activos de la empresa se congelaron cuando el tribunal emitía una orden en quiebra. Adela parecía estar aturdida al estar sentada junto a Jeremías, dando suspiros largos y cansados a ratos. Se preguntaba cómo le contaría a su hijo que apostó toda la fortuna familiar. No parecía haber una forma gentil de darle la noticia, ya que, con su pésima condición de salud, no estaba segura de que soportaría enterarse de esto.
Entonces, Jeremías se despertó tosiendo de golpe y, al sacudirse, se le estremeció el cuerpo; dentro de segundos, comenzó a toser sangre.
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