La expresión de Elizabeth se ensombreció. ―Realmente no entiendo como aún puedes coquetear incluso cuando tu vida está en peligro ahora mismo.
―No es mi culpa que seas demasiado hermosa. No puedo evitar enamorarme de ti tan pronto te miró, así que debes de asumir un poco de responsabilidad por esto también. ―Eduardo fingió estar débil y adolorido.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread