Capítulo 923 ¿Irma tiene otra opción? 

Jaime se amarró el cabello y conservó la calma antes de acercarse a Bombón con la mente decidida. Con mucho cuidado, colocó ambas manos detrás de su espalda para hacerle saber a la perra que no era agresivo en lo que se iba acercando un paso a la vez, mientras que se preparaba para una lucha extensa; él era como un caracol que nadie se hubiera percatado que ya estaba cerca de repente, siempre y cuando se moviera tan lento como se requería. Pero, de todos modos, eso no impidió que Jaime no tomara algunas cosas en cuenta, pues el sirviente que tiraba de la cadena metálica detrás de Bombón permitió que se le deslizara de las manos por accidente; en un abrir y cerrar de ojos, la perra perdió el control y se lanzó hacia Jaime, quien era el único desconocido en todo el lugar. Bombón ya estaba justo en frente de él antes de que tan siquiera pudiera reaccionar, así que se dio la vuelta para huir, pero estaba tan ansioso que perdió el balance y se torció el pie, lo que hizo que cayera sobre el suelo; la perra vio su oportunidad y se abalanzó hacia adelante para clavar sus colmillos en su brazo. Esos dientes afilados que habían penetrado su piel hicieron que empezara a sudar del terror y todas las venas de su frente sobresalían. Sus instintos despertaron en ese momento y levantó su otra mano para tumbar a la perra de encima, pero lo último que le quedaba de razonamiento le indicó que debía meter su mano en la capa escondida en el interior de su bota para sacar la aguja de plata que había escondido adentro.