Capítulo 1089 Dejarlo en manos del destino
Teodoro supuso que eran amigos de su hijo, así que soltó a Briseida y se puso de pie.
―Eso es muy amable de su parte; hablemos adentro ―dijo. Luego de obtener su permiso, los hermanos entraron con sus regalos; Marla se portó educada, como siempre, y Paulo frunció su cejo. Al notar que Jaime se estaba comportando de manera bastante diferente, Marla no logró evitar, de igual manera, fruncir el cejo.
Obtiene más cupones de libro que los de la app Recargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread