Capítulo 138 Quizá pueda quedarse
Elizabeth miró su figura irse mientras sus ojos revelaban una pequeña sensación inexplicable, la cual pudo ocultar, ya que nadie se percató de esta. Después de cenar, Elizabeth y sus abuelos caminaron por el patio. Conscientes de que estaba distraída, la pareja de ancianos volteó a verse.
—Eli, no quieres irte a casa aún, ¿cierto? —le preguntó Lupe.
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